1. El truco del camino: ir directos a nuestro objetivo es prácticamente imposible en Ikea, los caminos serpenteantes le van guiando por la tienda obligándole a fijarse en productos, lo cual al final le hace caer en la tentación.
2. El truco de las ofertas: desde que llegamos a una superficie Ikea nos muestran ofertas irresistibles que hacen al cliente comprar desde el primer momento, lo cual se traduce en un carro lleno a la llegada a la caja.
3. El truco de las bolsas: a lo largo del camino hacia la caja, el cliente se encuentra con multitud de bolsas para guardar los productos que ha ido adquiriendo. Esto lleva a que el cliente tenga siempre las manos libres para poder comprar más, además de guardarse cómodamente más productos de los que pensaba comprar.
4. El truco del restaurante: Los restaurantes Ikea no son sólo una gran fuente de ingresos en sí mismos, si no que también ayudan a vender más muebles. En el restaurante se descansa y por tanto se sigue comprando después con energías renovadas. También se debate la compra de productos ya visionados. Para terminar la visita con una sonrisa se ofrece un perrito caliente por un euro, lo cual hace que el cliente vuelva a casa sonriente y con una buena impresión de Ikea.
5. El truco de la decoración: no es casualidad que Ikea ofrezca habitaciones completamente decoradas de forma muy natural y “real”, esto hace que los clientes se sientan identificados y encuentren soluciones a sus problemas en el ámbito del interiorismo, además de incentivar la compra de productos que “encajan” con los ya adquiridos.
6. El truco del nombre: poner nombre a los muebles dota a estos de cierta simpatía, lo cual ayuda a la venta.
Os dejo enlaces interesantes sobre la política de marketing en IKEA:
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